El precio de la soja en Chicago tuvo un respiro y dejó de caer.

De hecho, logró una suave mejora, este primer día de la semana.

El alza evidentemente resultó de la ralentización de ventas, observada en Brasil, por parte los tenedores de soja.

Esta resistencia a desprenderse de la oleaginosa es consecuencia de la apreciación que registra el real frente al dólar desde el día 16 de abril, luego de un sostenido proceso de devaluación de esta moneda.

El 16 de abril, el dólar llegó a cotizar 5,2758 reales, acumulando así un alza frente al real de casi un 7% en el año.

El cuadro de abajo muestra cómo el dólar viene en baja.


También, debe tomarse en cuenta la escasa disposición a vender soja de parte del campo argentino.

Los agricultores sufren una inflación muy superior a la tasa de devaluación del peso (crawling peg), en un cuadro donde los precios internacionales se han estancado en un nivel mediocre y con la aplicación de muy elevados derechos de exportación.

El tipo de cambio efectivo real para la soja actual sería el más bajo, en lo que va de este siglo con la excepción del período 2016-18.

En tal caso, los años correspondientes a los gobiernos K habrían mantenido un tipo de cambio más favorable.

Otro elemento que contribuyó a esta leve alza del precio es el paro actividades por parte de los trabajadores de la industria aceitera en nuestro país, algo que retrasará los despachos de harina fundamentalmente. Este subproducto, justamente, reveló una suba de US$ 10,58 para el contrato julio.

En cuanto a los factores que frenaron la mejora, está la situación climática en EE.UU. que este lunes dio un giro muy positivo para la campaña agrícola.

Se registraron las lluvias en el este del cinturón sojero/maicero y, además, los pronósticos hablan de nuevas precitaciones para los días que siguen en el oeste de la zona núcleo de Norteamérica.