La base de todo esto parte de una secuencia técnica en la mayoría de los productos, y podemos enumerar muchos o ningún factor para justificar la compra, pero si es interesante resaltar que la misma no está acompañada de gran volumen de operación.

Nos encontramos en los precios altos de agosto, y desde acá podemos volver a buscar lo niveles bajos del rango, continuando en un mercado lateralizado o podemos subir para que el precio ayude a los farmers a vender su cosecha. La idea general se basa en sustentos técnicos para esta formación de precios, sin embargo hay muchos que ven pronósticos con abundantes precipitaciones durante las próximas semanas en el oeste del Midwest, queriendo comparar este episodio con el ocurrido en Argentina en abril de este año.

El maíz y el trigo, por su parte quieren acompañar el movimiento de la soja y el aceite, pero tropiezan en el intento de grandes cosechas y stocks finales. Tal es así, que muchas proyecciones privadas hablan de una caída importante en el área de siembra de trigos de invierno y de una menor aplicación de paquete tecnológico en los esquemas productivos. Pudiendo traducirse en consecuencia, en una menor producción para la próxima campaña en Estados Unidos.

Este mercado está teniendo un comportamiento similar a febrero de este año, donde todas las visiones de producción, consumo y stocks parecían dictaminar una secuencia de eternos precios bajos, hasta que entre todas las noticias extremadamente bajistas se escurrió una premisa en forma de peligro alcista, llámese problemas en cosecha argentina, y luego pronostico Niña en USA. En definitiva nada de esto fue tan malo, pero entre otras cosas, se derivó en una suba de precios que se tardó 4 meses en bajar. Con esto no estamos insinuando entre líneas que es lo que sucederá. Pero abrimos el espacio a más preguntas que respuestas.

Por Celina Mesquida
Fuente: Agroeducación