El IPC LyP arrojó un aumento de 8,4% en abril, desacelerándose 2,6 puntos porcentuales respecto a la medición oficial de marzo (11,0%). De esta manera, en los primeros cuatro meses del año el IPC acumula una suba de 64,4%. La variación interanual alcanza el 287,8%, similar al dato del mes anterior.

A su vez, la inflación núcleo marcó una fuerte desaceleración respecto al dato de marzo, llegando a 4,4%, alcanzando su menor variación mensual desde enero de 2022, según los datos oficiales. Por su parte, los regulados manifiestan una suba cercana al 18%.
Es importante resaltar que la variación anual del IPC se ha estabilizado en torno al 290%, reflejando que las variaciones mensuales de 2024 son comparables a los mismos meses del 2023.

De esta forma, el IPC de abril deja un arrastre de 1,0 puntos porcentuales para mayo, unos 0,8 puntos menos que en marzo.


Fuente: Libertad y Progreso en base a INDEC y estimaciones propias.

ACTIVIDAD ECONÓMICA E INFLACIÓN

Nuestra proyección para el mes de mayo apunta a que el IPC registrará una variación en torno al 7%, con un IPC núcleo moviéndose en torno al 5% mensual. De esta forma, el índice de precios se está moviendo a una velocidad similar a la que sostenía durante la primera mitad del 2023.

Eugenio Marí, Economista Jefe de la Fundación Libertad y Progreso, señala que “no hay un nexo directo entre baja de la inflación y recesión. Esto se puede ver fácilmente viendo los últimos años de la historia argentina; en el 2022 y 2023 el país transitó con caída en la actividad y en los salarios reales y, en el mismo período, la inflación se cuadruplicó. Es más, los planes de estabilización que son creíbles son expansivos. Justamente este es uno de los principales desafíos que hoy tiene el gobierno: lograr que su programa sea percibido como sostenible en el tiempo y que eso impulse la exteriorización de ahorros, el crédito y la inversión”.

Lautaro Moschet, economista de la Fundación Libertad y Progreso, señala que “con la rápida desaceleración de la inflación estamos comenzando a ver una recuperación de los salarios en términos reales, que se ajustan con datos de inflación pasada. Según los datos de salarios del INDEC, podemos ver que los salarios del sector registrado fueron superiores a la inflación en febrero, mientras que la Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables (RIPTE) de marzo creció 2,7% en términos reales. En la medida que la economía se recupere, también lo hará el poder de compra de los salarios, aumentando el bienestar social”.

Valentín Gutiérrez, analista de la Fundación Libertad y Progreso, señala que “de los 3 gérmenes que llevaron la inflación a estos niveles, el gobierno atacó primero el financiamiento monetario al Tesoro, reduciendo el gasto público y con ello la necesidad de emitir pesos, dejando la base monetaria constante. Siguió luego con el sinceramiento de los regulados, que tenían en sí mismos el germen de la inflación reprimida, consecuencia de los controles de precios anteriores, los cuales que generaron excesos de demanda solo saldables con precios más altos. E incluso así el impacto de frenar la emisión resultó ser más fuerte, lo que permitió que el índice mantuviera la tendencia descendente en marzo con el aumento en tarifas y transporte. Finalmente, el gérmen restante es la caída de la demanda de dinero, la cual seguramente ya se está revirtiendo, pero a la que puede ponérsele una estaca con leyes que hagan firme el rumbo del país”.

Fuente: Libertad y Progreso